La visión sobre el mundo gitano para D. Andrés es controvertida y ha sido objeto de críticas en tiempos recientes. En sus publicaciones, Manjón describió a los gitanos de manera negativa, utilizando términos que hoy se considerarían racistas. En su obra «El gitano et ultra. Hojas de educación social et ultra del Ave María» de 1921, Manjón describió a los gitanos como seres en decadencia, embusteros, individualistas y desprovistos de conceptos como humanidad, patria, religión y cultura.
Comenzada la beatificación de D. Andrés Manjón, presentada la documentación requerida aparece un artículo que se opone al acto donde justifica las razones por las que no se debería continuar con el proceso.
Pincha aquí para leer el artículo. Aquí otro artículo de la Unión Romaní con argumentos parecidos. A las que con claridad responde el Patronato de la fundación en esta carta:
Don Andrés no fue exclusivamente un educador de los gitanos
Saenz Barrio (1980) mantiene que Don Andrés no fue exclusivamente un educador de los gitanos. Nos platea: «¿Cómo es posible que una persona que ha tratado a la raza gitana con tanta dureza, de forma despiadada a veces, como el P.Manjón, se haya acreditado en un plazo de pocos años como el «educador de los gitanos»?
Un desapasionado estudio de la obra viva y escrita de este hombre – por todos los conceptos excepcional -, nos descubre una muy temprana desfiguración de su persona y de su obra hacia la mitificación y la leyenda. Esta orientación interesada en convertir a D. Andrés Manjón en el «apóstol de los gitanos», con dotarle de una cierta aureola evangélico pedagógica, no es cierta, primero; pero además, significaría reducir su pasión educativa a una tarea misional en un colectivo étnico y cultural que no se corresponde con su obra real, mucho más universal, tanto por su concepción de la educación como por el grupo humano a que llegó. Con la mejor intención se ha convertido al P. Manjón en un educador de barrio. Será Prellezo en sus investigaciones uno de los más interesados en desmontar esta creencia de que Manjón era el salvador del pueblo gitano.
El mundo gitano para D. Andrés, sujeto a mitificación.
La mitificación viene del principio de los relatos, el primero de todos el encuentro con la maestra Migas: «Más he aquí que un día que bajaba sobre mi burra blanca, para la Universidad (y montado, como siempre, en el borriquito de mu fijo pensamiento) of sorprendido canturrear la Doctrina cristiana en una cueva que sobre el camino, y me dió un salto el corazón. Descendí de la burra, trepé por las veredas y hallé en una cueva a una mujer pequeña y vulgar, rodeada de ¿diez chiquilla, alguna de las cuales era gitana”.
Será Blanco. R. (1898) en el Magisterio Español el primero que utilizará la expresión: «Los cármenes del Ave Maria; escuelas para gitanos». Con esta finalidad la utiliza su sobrino Pedro Manjón, y más tarde Rostán en una sorprendente similitud: «En una cueva de gitanos nacieron las Escuelas; no pudo ser, pues, más humilde su nacimiento; y para que veamos que la Obra es de Dios, se valió como causa ocasional de una exhospiciana, y loca por añadidura”.
“En una nueva cueva de gitanos nacieron las Escuelas del Ave María, año 1889. No pudo ser más humilde su nacimiento y, como obra del cielo, el Altísimo se valió como causa ocasional de una pobre mujer gitana (sic)». Incluso el mismo D. Andrés cerca de su muerte dice: “Estas Escuelas que comenzaron en una cueva de gitanos ocupan hoy once hermosos cármenes en Granada y se han extendido con diferentes nombres y formas por España y otros paises”.
“¿Qué hacemos con los gitanos?”
“Son hijos de Dios y hermanos nuestros y con esto está dicho lo que debemos hacer como cristianos. Son seres racionales y por tanto capaces de educación. Viven entre nosotros, y si no son miembros útiles, habrá de ser nocivos, tanto para la sociedad que los abandona como para los individuos que los traten. No hay remedio; gente que no entra en las escuelas, ni en los templos, entra en la cárcel y allí hay que mantenerla, y fuera de allí sostener un ejercito de policía que los vigile. ¿Pero son educables los gitanos? A esta pregunta se responde con otra: ¿se ha hecho algo serio para educarlos?
Yo tengo hace tres años uno en la escuela que es un modelo de honradez, lee, escribe y canta, sabe la doctrina cristiana, confiesa, jamás pide, aunque es pobre y no dice una palabra mala. Otros dos no han llegado tan adelante, pero sé de familias numerosas de gitanos, que viven no lejos de aquí y son ejemplares como vecinos y como cristianos. Luego es posible educarlos. Pero la raza, dicen, está degenerada, y las excepciones no destruyen la regla”. (…) Los cristianos sabemos que Jesucristo vino a redimir a todas la razas, y los estadistas deben calcular en qué irá mejor empleado el dinero , si en escuelas o en presidios”. MANJÓN, A. (1982) Memorias de las Escuelas del Camino del Sacromonte o colegios del Ave María 1882-92, Imprenta José López Guevara, Granada, p. 31 y ss.
Se deduce del texto la preocupación por el mundo gitano para D. Andrés.
Enrique Amaya Heredia, el primer maestro gitano de las Escuelas del Ave María.
Con 14 alumnos del barrio del Sacromonte empezó su escuela don Andrés allá por 1889; a los tres meses ya tenía 120. Necesitaba urgentemente colaboradores y hasta tuvo que recurrir para que le echara una mano en la clase de párvulos al «maestro» gitano Enrique Amaya Heredia. Poco ganaba el maestro; ya se conoce el refrán «tienes más hambre que un maestro-escuela». Interesaba a don Andrés hacer maestros: «Hagamos maestros, que sin ellos no hay escuela», repetía con frecuencia en su diario.
Enrique Amaya Heredia fue un destacado maestro gitano que dirigía escuelas nocturnas para los jóvenes de las cuevas del Sacro Monte, dentro de las colonias avemarianas del Valparaíso. Era respetado como una autoridad y admirado por ser el gitano más leído y sabio de todos los gitanos de esos contornos y de toda la gitanería.
Una pobreza de toda la población de las cuevas. Gitanos y no gitanos.
Aunque éste, parece que la idea no es tanto describir la cueva gitana como poner el acento en la precariedad de sus comienzos y en la bonanza de la Institución en 1920. El mundo gitano para D. Andrés:
La acogida y protección de «La Maestra Migas» hace que varios autores señalen 1888 como el año de la fundación de las Escuelas. En su diario explica: «¿Quiere, dije a la maestra, trasladarse con esas migajilas de criaturas que la rodean a otra cuevecita con casa, que hay en el camino del Sacro- Monte, y yo pagaré las 4,50 pesetas mensuales que cuesta?… SÍ, me dijo agradecida, iremos donde usted diga. En este nuevo local (un portal con cueva y algunas tejas) se duplicaron los alumnos; y ya que éstos podían andar, propuse que subieran a oír misa los domingos y demás días de fiesta, a la Colegiata del Sacro-Monte, donde se les explicaba el Evangelio y la Doctrina Cristiana. De esta manera comenzaron las Escuelas a ser Catequísticas”.
Esto más que una fundación de una institución o un acto en pro del pueblo gitano, fue un acto de solidaridad. En sus pensamientos: “Si esta pobre mujer consigue tener alumnos en esta mísera cueva, sin local, material ni personal competente, y aún exigiendo dinero; mejorándolo todo y ofreciéndolo de balde, habrá cuantos niños se quiera». No dice nada del pueblo gitano.
Desde la primera sistematización de su obra.
Parece que el jesuita Gabino Márquez, autor de la primera sistematización de la obra de Manjón, es el primero que proponía que el destino del Ave María era la educación del gitano. Derivados de esta obra vienen 4 errores grandes de esta apreciación:
- Que la educación manjoniana no se inició entre los trabajadores más humildes.
- Que se inició con los gitanos de las cuevas.
- Que se adapta a la especial psicología de los gitanos.
- Que la casi totalidad de sus alumnos, en sus comienzos eran gitanos.
El mundo gitano para D. Andrés: Todo para todos
Si algo tiene claro Manjón, como dice Saenz Barrio (1980) es el destinatario de su afán educativo: “Allá por el año 88 del siglo que pasó revolvía yo en mi mente la idea de fundar una escuela para los niños pobres del Camino del Sacro-Monte y sus contornos…». “Nací pobre, viví entre pobres, carecí de escuela formal y por esta causa pasé angustias y trastornos y sufrí retrasos en mi carrera, cuando un buen Cura de aldea quiso dármela. Mi origen, pues, y mis apuros y deficiencias me impulsaban a instruir a aquellos de mis hermanos que más se me aproximaban por la cuna, la ignorancia y la pobreza; mis simpatías fueron para los pobres».
El cartel que ponía en las Escuelas del Ave María de la Casa Madre era: Todo para todos. (Letrero que se quitó en la dictadura porque le pareció muy comunista). Su intención educativa fueron los más pobres, fueran gitanos o no lo fueran.
Es cierto que en su obra El Gitano et Ultra, las palabras que utiliza son muy duras y se pueden interpretar como ha pasado como una confrontación más que una desesperanza por los intentos realizados. Todo dependerá donde se pone el acento o con qué mirada se asume su obra.
Lo cierto es que posteriormente Don Andrés apostilla en su diario los acciones de los maestros gitanos que, si los odiara o fuera racista, no se referiría a ellos como sus colaboradores. Para más información descarga el archivo completo.
Un error histórico, Manjón educador de gitanos
Enlaces interesantes:
- PRINCIPAL
- Seminario de Maestros
- Artículo en la Voz de Granada: El interés del Padre Manjón por la integración y educación del pueblo gitano: sí a su beatificación.