«Todo para todos»

Sebastiana Manjón

«Recuerdo que allí me hallaba, al lado de mi querido hijo, ambos ante la mortecina figura de su padre, mi amado esposo Lino. Fue un hombre recto y bueno. Poco cariñoso pero honesto y cabal. La inevitable muerte de su padre alterará de manera considerable las inmediatas perspectivas que Andrés empezaba a tener.

Esta irreparable pérdida ha trastocado el rumbo de nuestra casa. Sus sueños se tendrán que postergar porque hay mucha gente que depende de nosotros. La familia es lo primero.

Este vacío en nuestros corazones que parecía insuperable, pero la Virgen María nos está acompañando cada minuto llenando de amor la oscuridad. Debemos seguir adelante sin mostrar debilidad. Llorar lo haremos en secreto, ahora toca caminar firme y recto.

Andrés, con una fortaleza y diligencia admirables, tendrá que asumir las cargas de nuestra casa. Su eficacia se erigirá en piedra angular para nuestra supervivencia y confort familiar.

Pese a su ferviente deseo de incorporarse al Seminario, no sé si por salir de casa o por revelación divina (igual por las dos), las circunstancias le obligaron a postergar sus anhelos por varios años para dedicarse a las necesidades familiares con un amor y abnegación sin límites.

Finalmente, creo que Dios hará justicia. En alguna ocasión hemos hablado y merced a la generosidad de su tío Domingo, un eclesiástico de venerable estima, puede brindarle la ocasión de cursar sus estudios en Burgos ya que Andrés se le ve muy avispado y nervioso.

Domingo ya me ha hablado de su vocación espiritual en varias ocasiones. Está viendo la posibilidad de sufragar tanto su manutención como su educación.

Llegado el caso, con un corazón rebosante de gratitud a la Virgen María, presenciaré la partida de mi Andrés hacia una vida nueva, impregnada de las enseñanzas. Segura de que el Amor que Dios ha depositado en él se multiplicará por cien en su obra. 

Son tiempos convulsos en España, los sacerdotes no lo tienen fácil porque se cierran seminarios y conventos. Ojalá esté a salvo para cumplir el plan de Dios.

En mi interior, tengo la certeza que la Vida le reserva una gran tarea con los más pobres de la Tierra.

Rezaré por él todos mis días. 

ENLACES PARA SABER MÁS

• PARA SABER MÁS PINCHA AQUI:  LA INFANCIA DE ANDRÉS MANJÓN

Carta de Miguel Salcedo para solicitar entrada en el Seminario de Maestros/as

Granada, julio de 1905

Apreciado Sr. D. Andrés Manjón, Me presento ante usted, Dios mediante, como un fervoroso joven llamado Miguel Salcedo, de 17 años, oriundo del histórico barrio del Albaicín, en nuestra querida ciudad de Granada. Soy huérfano de padre y pertenezco a una familia humilde. Con mucho esfuerzo y dedicación me acerqué a las letras y números, y gracias a mi tío sacerdote, hemos logrado mantener unida la familia y afrontar los desafíos para salir adelante.

He sido testigo del crecimiento y la influencia que las Escuelas del Ave María han tenido en nuestro barrio.

Recientemente, he tenido la fortuna de conocer a una de las maestras colaboradoras de su ilustre institución, cuya pasión y compromiso con la educación han despertado en mí un profundo interés por la pedagogía.

Asimismo, he conversado con varios alumnos ya matriculados en su recién fundado Seminario de Maestros, quienes me han relatado maravillas acerca de la nueva visión pedagógica que allí se imparte, una visión activa, religiosa, alegre y lúdica, muy distinta a la educación tradicional.

Me llega, además, la noticia de su redacción del primer reglamento del Seminario de Maestros por su parte, que establece las asignaturas y el profesorado, ha reforzado mi deseo de ser parte de tan prestigiosa institución.

Sueño con la oportunidad de aprender de los mejores, de absorber conocimientos y experiencias que me permitan contribuir al desarrollo y bienestar de nuestra sociedad, es algo que valoro profundamente.

Por ello, me permito solicitar, con todo el respeto y la humildad, mi admisión en el Seminario de Maestros.

Estoy dispuesto a dedicar todo mi esfuerzo y entusiasmo para aprovechar al máximo la enseñanza que usted y su equipo de profesionales ofrecen.

Aspiro a convertirme, con su ayuda, en un educador que pueda influir en la vida de los jóvenes granadinos, especialmente aquellos que, como yo, provienen de familias con recursos limitados.

Agradezco de antemano la atención prestada a esta misiva y quedo a la espera de su amable respuesta. Con el mayor de los respetos y consideración,

Miguel Salcedo

ENLACES PARA SABER MÁS.

• Historia Seminario de Maestros.
• (2003) El seminario de maestros del Ave María : un compromiso por la renovación social y educativa. Tesis doctoral (Tomo I) Andrés Palma Valenzuela. 
• (2003) El seminario de maestros del Ave María : un compromiso por la renovación social y educativa. Tesis doctoral (Tomo II. Anexo Documental) Andrés Palma Valenzuela
• (2008) El seminario de maestros del Ave María: un compromiso por la renovación social y educativa 

*Miguel Salcedo es un personaje ficticio.

Me llamo Cappi Cortés y vivo en las cuevas

Querido D. Andrés,

Le escribo estas palabras con la ayuda de un amigo, porque yo, como gitano, no he tenido la fortuna de aprender a leer y escribir.

Soy Cappi Cortés, vivo en las cuevas y mi vida ha sido un constante deambular por caminos de miseria, siempre al margen, siempre en sombras. Pero en el fondo de mi corazón, arde una esperanza que no puedo callar. Mi amigo no para corregir mis expresiones, espero que se me entienda bien.

He oído hablar de la gitana «Maestra Migas» parece luz en la oscuridad para muchos de los nuestros. Sé que anda con Usted y que va enseñando a las niñas a manejarse entre letras y números.

Al conocer esto, algo en mi pecho se ha encendido. Pienso en mis cuatro hijos, mis estrellas en esta noche, y sueño, ¡cómo sueño!, con un futuro distinto para ellos.

Soy viudo, D. Andrés, y en mi soledad, cada estrella fugaz que veo en la noche es un deseo por ver a mis hijos lejos de este ciclo de pobreza y desesperanza. Quisiera que no estén condenados a vivir la vida que yo llevo. Por eso, con un corazón cargado de humildad y esperanza, le pido que considere darles una oportunidad a mis pequeños en las Escuelas del Ave María. No les pido riquezas ni lujos, sólo la oportunidad de aprender, de crecer, de ser algo más de lo que su padre pudo ser.

No tengo dinero, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para las Escuelas. No busco compasión, sólo un camino para que mis hijos puedan soñar dignamente una mejora.

Yo seguiré en mis «cosas» que son las que sé hacer. Si necesita algo nada más me lo diga. Le agradezco de corazón que me lea. Que Dios lo bendiga por considerar a esta familia gitana que solo busca un futuro mejor.

Cappi Cortes *

ENLACES PARA SABER MÁS

• EL MUNDO GITANO PARA D. ANDRÉS

* Cappi Cortés es un personaje ficticio

¡Por fin visito sus famosas Escuelas!

Madrid, 2 de enero de 1895

Muy estimado y venerable Don Andrés Manjón,

Con el más profundo respeto y una sincera admiración, me dirijo a usted tras nuestra reciente visita a las Escuelas del Ave María, realizada en aquel día pluvioso del 2 de enero de 1915. Mi corazón se encuentra repleto de gratitud y admiración por lo que hemos presenciado y experimentado en su ejemplar institución.

En compañía de mis tres hijos, del ilustre diputado Don José Luna y de Don Gonzalo Fernández de Córdoba, hemos tenido el honor de presenciar de primera mano el magnífico trabajo que usted, con inquebrantable esfuerzo y devoción, lleva a cabo en pro de la educación y el bienestar de los más desfavorecidos. Esta noble causa, que pone en evidencia su inmensa generosidad y humanidad, ha dejado una impresión indeleble en nuestras almas.

Permítame expresar, en primer lugar, mi más sincera admiración por su atención a los más pobres. La manera en que las Escuelas del Ave María se dedican a estos niños desfavorecidos es verdaderamente un reflejo de su carácter compasivo y su visión progresista sobre la educación y la sociedad.

Además, los espacios abiertos en la naturaleza que han sido dispuestos para el goce y aprendizaje de los niños son, sin duda, un acierto pedagógico revolucionario. Estos parajes idílicos no solo favorecen el desarrollo físico y mental de los pequeños, sino que también nutren sus almas con la belleza que Dios puso en nuestra Madre Naturaleza.

En tercer lugar, me veo en la obligación de elogiar la preferencia de su método educativo por la actividad y el juego sobre la enseñanza tradicional. Este enfoque innovador fomenta en los niños una forma de aprender más natural y gozosa, preparándolos para enfrentar la vida con creatividad y entusiasmo.

Por último, pero no menos importante, es imposible pasar por alto los aprendizajes significativos que se llevan los niños de sus aulas y patios. Estoy convencido de que estos pequeños, bajo su sabia guía, están destinados a contribuir significativamente al progreso de nuestra su querida ciudad y, por extensión, de España.

Quisiera concluir esta misiva reiterando mi más profundo agradecimiento por la cordial acogida que nos brindó y por la inspiración que su labor imparte. Es evidente que su institución no es solo un centro de enseñanza, sino un faro de esperanza y un modelo a seguir en la educación de nuestras futuras generaciones.

Con el mayor respeto y consideración, quedo de usted,

Francisco Bergamín*
Senador vitalicio, ex Ministro de Instrucción pública, Catedrático de la Escuela de Comercio de Madrid.

ENLACES PARA SABER MÁS

• Montero Vives, J. 1999. Las visitas del Ave María en tiempos de D. Andrés Manjón. Escuelas del Ave María. (por digitalizar)
• Francisco Bergamín García – Senador

*Francisco Bergamín García es un personaje real
que visitó las Escuelas de Ave María el 2 de
Enero de 1914. La carta que ha leído es ficticia.

¿Yo? … Con el padre Manjón a jugar

– ESPE: ¡Yerai,  “nacapá”! “Tiés” que ayudar en casa y luego ir a pedir unas monedas.

– YERAI: (Con determinación) No, madre. Que hoy voy con el Padre Manjón. ¡Voy a jugar y a aprender en las Escuelas del Ave María! 

– ESPE: (Con voz severa) ¡Ni hablar! ¡”Na’quí” ahora! “Quí sace” lo que yo digo. Sube, sube he dicho,… oooo habrá castigos.

– YERAI: (Con rebeldía desde la calle) ¡No me importan los castigos madreeee! (cantando) Voy con el Padre Manjón y mis amigos, (sonríe) aprendo letras y juegos. (Empieza a correr y grita ) ¡Madreee allí “pueo” ser yoooo!

– ESPE: (Con tono de amenaza, pero al mismo tiempo perpleja de lo que oye) ¡Vuelve aquí o…

– YERAI: (Interrumpiendo, sigue corriendo) ¡Lo siento, madre! Mis amigos me esperan. ¡Vamos a jugar juntos!

– ESPE: (Quieta, con una mezcla de enojo y asombro) ¡Pero Yerai!…

– YERAI: (Volteando la cara desde el fondo de la calle, grita) ¡Te quiero, madreeeee! ¡Eres la mejor del mundo!

– ESPE: (Mirando por la ventana, una lágrima escapa de sus ojos, piensa…) En el fondo, sé que las Escuelas del Ave María son su mejor oportunidad…

ENLACES PARA SABER MÁS

• Montero Vives, J. 2000. La importancia del Juego en la Pedagogía Manjoniana. Escuelas del Ave María. (por digitalizar)

• Tradición y modernidad: pedagogía manjoniana 3.0 – Czestochowa Molina Serrano

• EL JUEGO EN LA PEDAGOGÍA MANJONIANA. PARTE 1 – Enrique Alonso Guardia

Rondando el Café Alameda y el Rinconcillo

El Gran Café Granada, más tarde conocido como Café Alameda, fue un prominente punto de encuentro en Granada a principios del siglo XX. Situado en la plaza del Campillo, este café se destacaba por su vibrante ambiente cultural, con una orquestina de fondo y un elegante interior que incluía divanes y mesas de mármol.

Durante los años 1920, emergió de este café la influyente tertulia «El Rinconcillo», un colectivo de intelectuales y artistas como Federico García Lorca y Manuel de Falla.

Estos individuos se reunían para debatir y fomentar una renovación cultural en Granada, abarcando desde la poesía hasta la música y las artes. La tertulia se convirtió en un símbolo de la vanguardia intelectual y artística de la época, atrayendo a personalidades de diversas disciplinas y contribuyendo significativamente al panorama cultural de la ciudad.

Una posible charla o discusión entre ilustrados podría ser esta. Don Andrés Manjón y Francisco Soriano Lapresa. *

• Andrés Manjón:Francisco, permíteme ser claro. No puedo concebir una educación integral sin la inclusión de la fe y la religión. Son el fundamento de una moral sólida y el desarrollo del carácter. Ignorar esto en la educación es, francamente, un error craso.
• Francisco Soriano Lapresa:Andrés, tus palabras son, como siempre, directas y sin rodeos. Sin embargo, debes entender que una educación moderna y progresista, como la que yo defiendo, requiere de una separación clara entre Estado y religión. La educación debe ser un reflejo de la diversidad y la pluralidad, no de un único credo.
• Andrés Manjón:¡Vaya, Paco! Veo que estás empeñado en diluir los cimientos morales en nombre de la modernidad. ¿Qué clase de sociedad construiremos si despojamos a la educación de sus valores espirituales fundamentales? El ser humano es espiritual por naturaleza, eso no lo puedes negar. 
• Francisco Soriano Lapresa:Andrés, no confundas mi defensa de una educación laica con la falta de moralidad. Lo que propongo es una educación que respete todas las creencias, fomentando el pensamiento crítico y la apertura mental. La cultura, en todas sus formas, debe ser la piedra angular de nuestro sistema educativo.
• Andrés Manjón:Me temo, Paco, que tu enfoque cultural y amplio, aunque loable, podría llevarnos a una educación sin espiritualidad. Sin una base moral definida, ¿cómo guiaremos a las jóvenes mentes hacia el bien y la verdad? ¿Qué pasará si nuestros jóvenes abandonan su parte espiritual? ¿Con qué la llenarán?
• Francisco Soriano Lapresa:Te respeto, pero no puedo aceptar tu visión estrecha. La educación debe ser un espejo de nuestro tiempo, reflejando y respetando la diversidad de pensamientos y creencias. No podemos quedarnos atrapados en dogmas del pasado. Hay ciertas cosas que están trasnochadas. 
• Andrés Manjón:¿Trasnochadas? ¡Parece que estamos en un punto muerto, Paco! Pero déjame decirte algo, no podemos sacrificar los valores humanos fundamentales en pro de un ser humano ajeno a lo espiritual. La educación debe ser un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. Hay cosas de la tradición que son válidas en la actualidad.
• Francisco Soriano Lapresa:Aunque nuestros caminos en educación parezcan divergentes, estoy seguro de que compartimos un objetivo común: el bienestar y la formación de nuestros jóvenes, especialmente los más necesitados.
• Andrés Manjón:Eso es cierto, Paco, pero no puedo darte la razón. Desarrollar la parte espiritual de nuestros niños granadinos les hará poder disfrutar de Dios, de su plan y de su bondad. Y, si no creen en Dios cuando sean mayores, lo lamentaré, pero, aún así, podrán deleitarse con la belleza, con la Naturaleza, con el arte y estética, con la música, podrán enamorarse y simbolizar su amor, podrán escribir poesías, etc… todo esto tiene que ver con la religión y espiritualidad.  
• Francisco Soriano Lapresa: Trabajemos juntos cada uno desde sus planteamientos, todo sea por los niños de Granada. Dentro de la Iglesia hay muchos intereses y en ocasiones enturbian el mensaje que vuestro Jesucristo os trajo.
• Andrés Manjón:Es cierto, por eso acabo de crear la Asociación Avemariana (1903) libre de toda atadura de Iglesia y de Estado. Por que dentro del Estado hay muchos intereses también y en ocasiones enturbian el destino de un país. De hecho, Escuela, familia, estado, parroquias, militares, etc… deberían trabajar de forma conjunta para la mejora y aprendizaje de los niños. Esto lo llamaremos coeducación. Pero eso lo dejaremos para otra charla. Hasta luego, Paco.
• Francisco Soriano Lapresa: Hasta luego, Andrés. Ven otro día y la ponemos hacemos, invito a mis amigos a que vengan y así el debate será más rico.
  
  

*Esta discusión es ficticia, pero el personaje de
Francisco Soriano Lapresa no lo es. 

ENLACES PARA SABER MÁS

• Café Alameda
• Francisco Soriano Lapresa
• El rinconcillo
• Ateneo de Granada

«AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA»

(Para una espiritualidad basada en Don Andrés Manjón)

 “Cada niño que nace trae consigo el mensaje de que
Dios no ha perdido la Esperanza en los hombres.”

Khalil Gibran

1.- PUNTO DE ARRANQUE

Descripción del Lugar: Una pequeña iglesia en Sargentes de la Lora, Burgos, a finales del siglo XIX.

• Andrés Manjón (niño): (Mirando tímidamente al suelo) Padre, siento que la escuela no es como debería ser. Es… es difícil y me siento perdido.
• Confesor Espiritual: (Con una voz calmada y comprensiva) Andrés, dime, ¿qué te inquieta de la escuela?
• Andrés Manjón: (Con voz temblorosa) Es que, Padre, la escuela es oscura y el maestro es estricto. No comprendo por qué debemos aprender de esa manera.
• Confesor Espiritual: (Asintiendo con empatía) Comprendo tu inquietud, Andrés. La educación es un camino de luz, no de oscuridad. ¿Qué crees tú que debería cambiar?
• Andrés Manjón: Me gustaría que aprendiéramos con alegría, que la escuela fuera un lugar de esperanza, no de miedo. Que pudiéramos entender las lecciones con amor, no solo con disciplina.
• Confesor Espiritual: (Sonriendo levemente) Eso es muy sabio de tu parte, Andrés. Recuerda que cada dificultad es también una oportunidad para crecer. Quizás, un día, puedas ser tú quien cambie la forma en que los niños aprenden.
• Andrés Manjón: ¿Yo, Padre? ¿Cómo podría hacer algo así?
• Confesor Espiritual: Con fe, Andrés. La fe te guiará. Y con tu corazón compasivo y tu mente inquisitiva, puedes hacer grandes cosas. Dios nos llama a mejorar el mundo a nuestro alrededor. Tal vez ese sea tu camino.
• Andrés Manjón: (Con una nueva luz en sus ojos) Gracias, Padre. Eso me da esperanza. Quisiera crear un lugar donde los niños aprendan con alegría, donde se sientan seguros y amados.
• Confesor Espiritual: (Poniendo su mano sobre el hombro de Andrés) Y yo creo que podrás hacerlo, Andrés. Dios obra a través de nosotros. Lleva esa luz contigo, y un día iluminarás el camino de muchos.

2.- SACERDOCIO

Lugar: Una capilla serena en la Universidad de Santiago de Compostela, a principios de la década de 1880.

• Andrés Manjón(contemplando un crucifijo, voz llena de reflexión): Nunca pensé que mi camino me llevaría aquí, a punto de convertirme en sacerdote. Mi corazón está lleno, pero también tengo dudas.
• Mentor Espiritual(con una voz cálida y serena): Andrés, es natural tener dudas en momentos de grandes decisiones. ¿Qué pesa en tu corazón?
• Andrés Manjón: Siento una fuerte llamada a servir, a guiar a los demás hacia la luz de Dios. Pero también arde en mí un deseo de cambiar el mundo de la educación. ¿Cómo puedo conciliar ambas vocaciones?
• Mentor Espiritual: Andrés, ser sacerdote no es solo un camino de fe, sino también de servicio. Tu pasión por la educación es un don que puedes compartir a través de tu ministerio.
• Andrés Manjón: (con un tono de búsqueda) Pero ¿puedo realmente marcar la diferencia? La educación es un campo tan amplio y mis ideas tan diferentes…
• Mentor Espiritual: (con firmeza y confianza) Dios nos llama a utilizar nuestros dones de formas únicas. Tu visión de una educación más compasiva y efectiva es parte de cómo puedes servir a Dios y a tu comunidad. No subestimes el impacto que un corazón dedicado puede tener.
• Andrés Manjón: (con una nueva determinación en su voz) Entonces, buscaré la manera de combinar estas vocaciones. Seré un sacerdote que no solo predique la palabra de Dios, sino que también enseñe a los niños a amar el aprendizaje y a crecer en todas sus capacidades.
• Mentor Espiritual: (sonriendo con orgullo) Esa es una noble misión, Andrés. Recuerda que la fe y la educación no están en conflicto, sino que se complementan. Ambas buscan iluminar la mente y el alma.
• Andrés Manjón: (mirando hacia el altar con renovada convicción) Entonces, con la gracia de Dios, llevaré a cabo esta misión. Convertiré mis dudas en fuerza para servir y enseñar.
• Mentor Espiritual: (bendiciendo a Andrés) Que Dios te guíe en este sagrado viaje. Estoy seguro de que lograrás grandes cosas, Andrés. Tu fe y tu pasión por la educación pueden cambiar muchas vidas.

3.- LA ABADÍA

Lugar: Un tranquilo jardín en la Abadía del Sacromonte, Granada, finales del siglo XIX.

• Andrés Manjón(observando reflexivamente el paisaje): Ser nombrado canónigo aquí, en esta abadía histórica, me llena de humildad y gratitud. Me pregunto cómo este nuevo papel y si influirá o no en mi enseñanza universitaria de derecho.  Veo tantas cosas que querría renovar en la educación que… (le interrumpe con una expresión de comprensión).
• Colega Canónigo: Andrés, tanto como profesor de Derecho, sacerdote entregado y tu profundo conocimiento del mundo académico eres el idóneo para este cambio. Como canónigo, puedes aprovechar esa sabiduría con tu fe en el ser humano y tu pasión por la educación.
• Andrés Manjón: (pensativo) Es una perspectiva interesante. En la Facultad, siempre he tratado de guiar a mis estudiantes más allá del mero conocimiento legal, hacia un entendimiento más profundo de la justicia y la moral. Tengo que dar con algo que llevara el enfoque a un nivel aún más alto.
• Colega Canónigo: (asintiendo) Exactamente. Me parece bien tu ambición en este tema. Tu abogacía, tu experiencia como educador y tu reciente nombramiento como canónigo te colocan en una posición única para influir positivamente en la intersección de la fe, la ley y la educación. Seguro que sale algo.
• Andrés Manjón: (con una nueva determinación) Comienzo a ver las posibilidades. Aquí, en el Sacromonte, podría desarrollar un enfoque de educación que realmente refleje la integridad y la ética, uniendo los principios legales con los valores espirituales.
• Colega Canónigo: (con una sonrisa de apoyo) Andrés, tienes la capacidad de cambiar vidas, no solo a través de las clases sobre derecho canónigo, sino también a través de la fe y la educación. Este nuevo capítulo podría ser tu mayor contribución a la sociedad y a la iglesia.
• Andrés Manjón: (mirando hacia la Abadía con renovada inspiración) Entonces, con la bendición de Dios, asumiré este reto. Tengo que dar con algo que sea un faro para las almas perdidas.
• Colega Canónigo: (con admiración) Estoy convencido de que tendrás un impacto profundo, Andrés. Tu influencia aquí será recordada por muchas generaciones. Este es tu momento para unir la ley, la fe y la educación de una manera única y transformadora.

4.- LA MAESTRA MIGAS

Lugar: Una pequeña capilla en Granada, poco después del encuentro de Manjón con la maestra Migas.

• Andrés Manjón(con un tono de introspección y conflicto): Padre, he experimentado algo que ha sacudido mi comprensión del mundo. Encontré a una maestra, la señora Migas, enseñando en una cueva a un grupo de niñas pobres. Su simple acto de bondad y dedicación ha desafiado todo lo que pensaba saber sobre la educación y el éxito.
• Confesor Espiritual(con una voz suave y reflexiva): Andrés, a veces Dios nos muestra nuestro camino en los lugares más inesperados. ¿Qué te ha enseñado este encuentro?
• Andrés Manjón: (con una mezcla de asombro y duda) Ha cuestionado mi mundo de logros académicos y reconocimientos. Allí, en esa cueva humilde, vi una educación pura y genuina, sin los adornos de nuestra élite académica. ¿He estado ciego a lo que realmente importa en la enseñanza?
• Confesor Espiritual: (mirándolo con comprensión) No estás ciego, Andrés, sino que has sido llevado a ver una nueva luz. La educación no se trata solo de éxito y prestigio. Se trata de tocar vidas, de alimentar almas hambrientas de conocimiento y esperanza.
• Andrés Manjón: (con un creciente sentido de propósito) La humildad y la fuerza de la maestra Migas… me mostró que la verdadera enseñanza es un acto de amor y sacrificio. ¿Cómo puedo, desde mi posición privilegiada, traer esa pureza y verdad a más niños, especialmente a los olvidados y marginados?
• Confesor Espiritual: (con una mirada alentadora) Andrés, Dios te ha dado esta visión para un propósito. Tu éxito y posición son herramientas, no barreras. Puedes construir un puente entre tu mundo y el de la maestra Migas, llevando la luz de la educación a aquellos rincones oscuros donde más se necesita.
• Andrés Manjón: (profundamente pensativo) Entonces, mi llamado es crear un espacio donde cada niño, sin importar su origen, pueda florecer. Un lugar donde la educación no sea un privilegio, sino un derecho inalienable…
• Confesor Espiritual: (con firmeza) Exactamente, Andrés. Tu encuentro con la maestra Migas no fue una casualidad. Fue una invitación divina a emprender un camino de servicio verdadero, donde el éxito se mide no en elogios, sino en vidas transformadas.
• Andrés Manjón: (con renovada determinación) Lo veo ahora, Padre. Es mi misión llevar la educación a esos niños olvidados, para que puedan encontrar su propio camino, su propia luz. Con la gracia de Dios, crearé escuelas donde el amor, la fe y el conocimiento se entrelacen como nunca.
• Confesor Espiritual: (bendiciéndolo) Que Dios te guíe en este noble empeño, Andrés. Tu corazón ha sido tocado por una verdad profunda, y sé que seguirás ese llamado con la misma pasión y dedicación que siempre te ha caracterizado. Ve y haz brillar tu luz en el mundo.

5.- PUNTO FINAL

Lugar: La habitación de Andrés Manjón, en Granada, 1923.

• Andrés Manjón(débil pero sereno, mirando por la ventana): Padre, he llegado al final de mi camino. He vivido una vida llena de esfuerzos y pasiones, pero ahora, al mirar atrás, me pregunto… ¿habré hecho suficiente?
• Confesor Espiritual(con voz calmada y comprensiva): Andrés, has tocado tantas vidas, has encendido una luz de esperanza y conocimiento en tantos corazones jóvenes. Tu obra habla por sí misma.
• Andrés Manjón: (con una mirada melancólica) Pero aún hay tanto por hacer, tantos niños que necesitan guía, educación… Me preocupa dejar este mundo con esa tarea incompleta.
• Confesor Espiritual: (sosteniendo su mano) Andrés, tu legado vivirá en cada maestro que inspiraste, en cada niño que encontró un camino en tus escuelas. Tu misión no termina con tu partida; has sembrado semillas que seguirán creciendo y floreciendo.
• Andrés Manjón: (con un suspiro de reflexión) Espero que aquellos a quienes he enseñado lleven adelante la antorcha, que continúen la lucha por una educación que abraza tanto la mente como el espíritu.
• Confesor Espiritual: (afirmativamente) Lo harán, Andrés. Has sido más que un educador; has sido un faro de sabiduría y bondad. Dios ha visto tu obra y en tu humildad, has glorificado Su nombre.
• Andrés Manjón: (con una sonrisa débil pero genuina) Gracias, Padre. En estos últimos momentos, encuentro consuelo en esa fe. En la fe de que he servido bien a Dios y a los niños de este mundo.
• Confesor Espiritual: (con una bendición) Que encuentres paz, Andrés. Y que sepas que tu vida ha sido un regalo precioso para este mundo. Descansa ahora, sabiendo que has cumplido con tu llamado divino.

ENLACES PARA SABER MÁS

• Medina Ocaña, J. (2006). Manjón, Andrés (929 Manjón, Andrés). En Fundación Emmanuel Mounier (Ed.), Biografías. Colección Sinergia
• Montero Vives, J. (1999). Andrés Manjón Biografías granadinas. Granada: Comares​​.
• https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9s_Manj%C3%B3n
• https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/manjon.htm
• https://dbe.rah.es/biografias/12779/andres-manjon-y-manjon

EL TESTAMENTO ESPIRITUAL

Queridos maestros, familias y niños míos del Ave María, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Generosa brilla la muerte cerca de mí, este atardecer, para llevarme acompañado de mis niños a ver a Dios y a madre la Virgen María.

Con el alma serena por la Fe y el amor a vosotros, miro los ojos en lágrimas y os digo que no tengáis miedo de que el Hacedor va a la cabeza, sed dóciles para sus muestras y enseñanzas.

Me dispongo a compartir estas últimas reflexiones que brotan de mi corazón viejo a la par que sereno. Este será mi deseo para el futuro del Ave María que os he compartido.

El dulce es el sentir de mi corazón. Al mirar al final del camino os exhorto a que améis la pobreza ya que mi obra ha favorecido a los pobres siempre. Por encima de cualquier retórica hueca e intelectualismo estéril optad por los débiles y pobres preferidos de Dios.

Buscad lo que son vuestros alumnos y por ende, buscad quienes son de los compañeros por dentro. Ya sabéis de mi búsqueda, para algunos terquedad, para ir al centro de las cosas, quitar la hojarasca y provocar cambios en las esencias de las personas. Sólo desde ahí se podrán entablar los vínculos.

Rara vez me abandonó la Esperanza de mejorar las vidas de aquellos que aquí juegan y aprenden, pues siempre sentí, Virgen compañera, que la caridad de nuestra Madre celestial eran el faro de nuestro afán diario.

Graba en tu corazón que educar trasciende la mera transmisión de conocimientos; es formar al ser humano en su divinidad: Orientando su carácter, amarrando el temperamento y nutriéndolo de valores, virtudes y, por supuesto en conocimientos. La fiesta de la Encarnación no es otra cosa que esto mismo: De Dios al suelo y del suelo a Dios.

Cuando los alumnos parezcan apartarse del camino de Dios, dediquen oraciones por ellos. Háblenle al Padre celestial, pues a todo padre le complace saber de sus hijos.

Insisto en la necesidad de una educación conectada a la belleza que ilumine la mente, fortalezca el espíritu y cultive el corazón. Que los maestros avemarianos sean paradigmas de integridad, pasión y amor por su sagrada labor.

Que los maestros avemarianos creen aulas con un ambiente de respeto, de alegría, de juego y entusiasmo por aprender. Recuerden que jugar no es perder el tiempo, rompan sus vergüenzas y recuperen su propia infancia para ponerla al servicio de lo que son en la actualidad.

Reitero la importancia de la naturaleza y la belleza como puertas al crecimiento espiritual. En tierra fecunda y con espacios abiertos, germinará la verdadera inspiración, esencia y espiritualidad de la niñez.

Subrayo el papel crucial de la familia y la comunidad en la formación de nuestros jóvenes. Educad a las niñas primero porque serán madres y ellas enseñarán a sus hijos. Procurad que los varones no sean ociosos y ayuden en sus casas y en su ciudad. Que la coeducación y el amor sean la base de nuestras relaciones y prácticas educativas. Hágame caso, juntos llegarán más lejos.

Que la oración, la humildad, la paciencia y la perseverancia sean nuestras guías. Huid del boato y el vano reconocimiento. Recordad siempre que educar es un acto de amor a ras de suelo y, éste, es el mejor tesoro que podamos dar.

Profundo es mi deseo de que la educación en nuestras escuelas continúe siendo un faro de guía para las generaciones venideras. A quienes son los cimientos de esta misión educativa del Ave María, mi querido patronato, deciros que no los podré acompañar más tiempo. Sostengan viva la pasión de sus maestros despierten en ellos enseñar y aprender, innovar y mejorar sin olvidar los valores que son el motor de nuestra misión. Será tarea suya que nunca se pierda la esencia de nuestra misión: Ser una comunidad donde cada uno es valorado, amado y respetado por igual. Recuerden a las puertas de Casa Madre: Todo para todos. Deberán ser siervos coeducadores, sostenedores no políticos de todos los que participan en la educación. Para que los maestros, las familias y los niños no pierdan marca avemariana.

Confío en que el legado del Ave María seguirá floreciendo, iluminando la vida de cada niño que cruce sus puertas. Que la bendición de Dios esté siempre con vosotros y que nuestra obra educativa continúe creciendo y enriqueciendo muchas vidas. Rezad por mí que os haré un seguimiento desde allá donde voy.

Añado con fervor la importancia de dejarse en manos del Padre Dios, aceptando el plan que tiene para cada uno de nosotros. Déjense doblegar porque lo sencillo está a baja altura. Es ahí donde mejor florece nuestro ser Avemariano.

Esforzaos mucho y sed exigentes. Igualad a los niños por arriba para que todas sus competencias se desarrollen al máximo y sean puestas al servicio de la sociedad que les ha tocado vivir.

No olvidéis al que no da más, al torpe o al desvalido porque sólo en vuestras manos está su salvación. Cada uno deberá ocupar el sitio en el que pueda amar más.

Repite así todos con todos, como un racimo de una vid fecunda en medio de tu casa. Ojalá digan de vosotros: “mira cómo se aman”. Un solo corazón, un mismo Espíritu.

Con todo mi amor y bendiciones. Andrés Manjón.

*Texto ficticio

GRANADA DESPIDE A SU EDUCADOR EMBLEMÁTICO: ANDRÉS MANJÓN

“A las dos y media de la madrugada del día 10 del mes próximo pasado, en su humilde y modestísima estancia del Sacro Monte de Granada, que más parecía tienda de peregrino que habitación acomodada de canónigo; purificado por la enfermedad que le tenía postrado en el lecho hacía algunos meses; confortado por la Comunión que hacía se le administrase diariamente y por los últimos Sacramentos de la Iglesia, recibidos con extraordinaria piedad ; balbuciendo una oración (sucumbía, como buen atleta, peleando), y dejando el frío semblante bañado en el crepúsculo de una suave sonrisa, entregó plácidamente su alma a Dios el incansable pedagogo, el sacerdote maestro y catedrático, varón de claros hechos, que labró con la modestia inalterable de su vida el pedestal de un nombre cuya fama ha traspasado las fronteras de la patria, y se ha extendido aún más allá de las naciones que hablan el patrio idioma. 

La de D. Andrés Manjón fue como la divina aureola de su vida. Antes de morir, él vio alrededor de su lecho, formando un triple cortejo de cariño, a sus parientes, a los canónigos del Sacro Monte y a un príncipe de la Real Casa: era la representación de los tres amores que habían tenido siempre su hogar encendido en el corazón de aquel hombre tan cabal en todas sus cosas: la familia, la religión y la patria.

Su muerte… ¡ah! no fue la muerte de un hombre, sino la apoteosis de un santo. La noticia (que fue de las que más han conmovido al mundo telegráfico), corrió por toda la ciudad de Granada y por todos los barrios de la gitanería como si todas las gentes tuvieran un solo oído para escucharla y un solo corazón para sentirla; el dolor fue común y el luto general; como si en cada familia hubiese muerto el primogénito: ¡y era así la verdad, pues había muerto el primogénito de la caridad entre todos los hermanos! 

Su cadáver, a petición del Ayuntamiento, recibió los honores de Capitán general; pero fue más grande el honor que le tributaron los concejales velándole en la sala de sesiones del Ayuntamiento y orando de rodillas ante él; los 3.000 niños de las Escuelas del Ave María, cantando himnos y plegarias a Dios por su maestro inolvidable; y todo el pueblo de Granada, llorando difunto a su hijo predilecto, besando aquellas manos que habían repartido tantas limosnas y habían acariciado a tantos pequeñuelos; y tocando en la morada casulla, que servía de mortaja al venerado sacerdote, mil piadosos objetos para retener alguna parte de la virtud que siempre parecía irradiar de su persona.

La manifestación del duelo popular en la muerte y el entierro de D. Andrés Manjón —lo consignamos con íntima complacencia en esta Revista— no tiene antecedentes en Granada ni en toda Andalucía, sino es en las marchas triunfales que al través de aquellos pueblos hacía el Beato Diego de Cádiz durante sus famosas misiones, en las que era preciso que le escoltara la Guardia Civil al trasladarse de un lugar a otro para no verse oprimido y aplastado por las devotas turbas que le seguían y se apretujaban por tocar el ruedo de su hábito de Capuchino: “¡Había que ver.

Padre mío —decía el santo Misionero a su Director espiritual—, había que ver custodiado por guardias y objeto de la veneración popular a este antípoda de Jesucristo!” Pues bien; lo que al Beato Diego le aconteció en vida, al popularísimo Padre Manjón le sucedió en muerte: desde la capilla del Sacro Monte a la sala de sesiones del Ayuntamiento, desde aquí a la catedral, de ésta a la Universidad y de la Universidad a la iglesia de las escuelas del Ave María, donde había de descansar definitivamente el cadáver del inolvidable pedagogo, del catedrático ejemplarísimo y del sacerdote venerable, el acompañamiento fúnebre parecía más bien un “Domingo de Ramos”: la milicia, el sacerdocio, las autoridades, el pueblo, los niños de las escuelas, las Corporaciones todas, sociales y religiosas, con sus banderas y estandartes, todos pidieron allí su puesto de honor, todos quisieron acompañar en aquel último viaje al que tantas veces había recorrido aquel mismo camino haciendo bien a todos. ¿Cómo dejar de recordar que al que ahora iba en negro ataúd se le había visto bajar por espacio de treinta y seis años desde el Sacro Monte al Albaicín, montado en su “borrica blanca^, y, Mesías redentor de la niñez y de la juventud abandonadas, recorrer de aquélla guisa los barrios de la gitanería, que salía a la boca de sus cuevas a esperar y a saludar a su incansable bienhechor, como las turbas de Jerusalén al divino Salvador el día que éste hizo su entrada triunfal en la ciudad sobre el trono improvisado de un manso jumentillo?

Jesús Delgado. Agustino (1923)

ENLACES PARA SABER MÁS

• Un Maestro del Ave – María [Pedro Manjón Lastra]. (1946). Vida de D. Andrés Manjón y Manjón fundador de las Escuelas del Ave – María. Alcalá de Henares: Talleres Penitenciarios.​​.
• Un Maestro. (1924). Apuntes para una biografía de D. Andrés Manjón catedrático de la Universidad de Granada, canónigo del Sacro-Monte y fundador de las Escuelas del Ave-María. Granada: Imprenta Escuela del Ave-María​​.
•  Consuelo Gitano

EL GRAN LEGADO

A modo de conclusión del juego de los Itinerarios Ficticios, nos podemos preguntar: ¿Qué plantea para el futuro?

Vano habría sido el trabajo de la celebración del Centenario de la Muerte de don Andrés Manjón si dejáramos adormecido todo los que nos han removido estos 365 días.

Es cierto que para la Fundación Ave María Granada, para la Obra Social Padre Manjón, para la Abadía, para el Ayuntamiento de Sargentes de la Lora como para el de Granada, ha supuesto un año llenos de eventos y compromisos en torno a D. Andrés Manjón. En ocasiones la pasión por el personaje nos puede pasar la factura de la desidia o acostumbrarnos a las anécdotas típicas de don Andrés. Desde esta web invitamos a seguir caminando juntos para merecer el tesoro que se nos ha regalado.

Si nos preguntamos por el futuro la respuesta está clara. El legado de Don Andrés Manjón vivirá si los maestros y maestras se enamoran de él, si se estudia en profundidad la gran humanidad compromiso por la educación.

Seguirá vivo si cerramos heridas y envidias entre nosotros y, con generosidad, mano con mano avanzamos por nuestros alumnos y alumnas. Dios los regala cada año en el camino.

Seguirá vivo en cualquier maestro o maestra avemariano/a que esté por esos lares de la Tierra si seguimos esta propuesta: 

1. REAFIRMACIÓN DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:

•  Investigación y estudio intensivo: Los maestros y maestras deberían dedicar tiempo a estudiar profundamente los principios de Manjón, particularmente su enfoque en la educación integral, la importancia de los valores, y el aprendizaje activo a través del juego.

• Cursos de formación para una titulación avemariana: Igual que en las escuelas Montessori hace falta una formación específica para poder trabajar en sus centros. Las Escuelas Avemarianas deberían organizar cursos presenciales u online para los maestros y maestras sepan cómo integrar estos principios en la práctica docente moderna.

• Revitalización del CEPPAM o desarrollo del IPAM: Una centro de estudios que tiene el compromiso desarrollar el mensaje de nuestro fundador. Un equipo sistemático de intelectuales y practicantes de “lo manjoniano” que aporten nuevas rutas de investigación y crecimiento. 

2.- ADAPTACIÓN AL CONTEXTO ACTUAL:

• Análisis del entorno educativo: Analizar las necesidades y desafíos actuales de los estudiantes y la sociedad para adaptar los principios de Manjón a las realidades contemporáneas. Una de las características de don Andrés es que era muy eficaz. Veía la realidad y se las apañaba para mejorarla. 
• Adaptarse a los tiempos: Hoy se acerca un tsunami social. Ni la sociedad ni las escuelas están preparándose para lo que nos va acompañar durante los siguientes años. Llegó la Inteligencia Artificial, puede ser una amiga o una enemiga. Desconocemos su expansión. Aún necesita entrenamiento por nuestra parte. ¿Dónde está la ética en todo esto? ¿Cómo vamos a enseñar a vivir con la IA a nuestros alumnos/as?

Se acerca la desaparición de la moneda física en favor de la virtual, nos meterán miedo por no perder nuestros ahorros y, dado el paso, estaremos controlados para siempre en nuestras compras. 

Se están definiendo las nuevas reglas del nuevo mundo a nivel geopolítico. ¿Cómo quedaremos? ¿Seguiremos siendo un país de servicios? ¿Hará falta el ejército? ¿Quién asegurará el abastecimiento de las energías? ¿Cómo se desarrollarán las naciones?… Etc..

Hay que analizar mucho y empezar a pensar en el futuro, dejarnos de discursos vacuos y encontrar una buena ruta para andar.

• Desarrollo de materiales avemarianos con métodos actualizados a la realidad: Crear materiales didácticos avemarianos. Crear metodologías de enseñanza que reflejen los valores y principios de Manjón, adaptados a la era digital y a las nuevas dinámicas sociales.

3.- FOMENTO DE LA EDUCACIÓN EN VALORES:

• Integración curricular: Desarrollar e integrar módulos específicos sobre educación en valores y formación del carácter en el currículo según la legislación. En la exposición bibliográfica de Manjón hay mucho material sobre el tema de los valores manjonianos, habrá que acercarse a conocerlos e integrarlos con lo que nos pide la Ley de educación pertinente. 

• Actividades extracurriculares: Promover actividades que refuercen la educación en valores, como el servicio comunitario, clubs de lectura, visita a ancianos, proyectos de aprendizaje-servicio, abp, asociaciones juveniles, intercambios, voluntariados europeos, conciertos benéficos y colonias avemarianas. 

4.- INNOVACIÓN Y CREATIVIDAD EN LA ENSEÑANZA:

• Implementación de la pedagogía activas: Adoptar y adaptar enfoques de aprendizaje activos. Las clases magistrales son necesarias en el desarrollo del aprendizaje, pero es importante incluir metodologías que hagan que el alumno esté activo, igual que su maestro/a. 

• Evaluación y mejora continua: Implementar un sistema de feedback y evaluación para mejorar continuamente las prácticas pedagógicas innovadoras.

5.- DIFUSIÓN Y EXPANSIÓN DEL LEGADO DE MANJÓN:

• Congresos, jornadas, conferencias, cursos y publicaciones: Organizar congresos, conferencias, seminarios y publicar artículos que muestren cómo los principios de Manjón se aplican efectivamente en la educación moderna.
• Redes de colaboración humanas y digitales: Establecer redes con otras instituciones educativas y organizaciones para compartir prácticas, recursos y expandir el impacto del legado de Manjón.

6.- EVALUACIÓN Y PLANIFICACIÓN FUTURA:

• Revisión integral del plan: Evaluar los resultados alcanzados y planificar etapas futuras para la continuidad y renovación del legado de Manjón, adaptándose a los cambios y desafíos emergentes.
• Hacer un nuevo reglamento para cada una de las Instituciones Avemarianas: Cada cierto tiempo, analizando los signos de los tiempos, D. Andrés y sus seguidores reelaboraban el reglamento que seguía la institución. ¿Por qué no volver a hacerlo a la luz de los frutos del Centenario de la Muerte de D. Andrés? ¿Por qué no seguir la estela del Papa Francisco con el tiempo sinodal en el que estamos? ¿Por qué no los órganos de gobierno, los patronatos, los directores, los docentes, el personal de administración, el personal de servicios, las ampas, las asociaciones avemarianas y el alumnado no hacemos un sínodo para discernir el futuro de la obra?

Ha sido una gran aventura acercarse a la figura de Don Andrés Manjón. El curso ha sido muy dinámico, en mi mente no paraban de construirse imágenes e hipótesis de cómo sería vivir con d. Andrés.