La Paz empieza en Casa y en la Escuela
La paz no es un ideal abstracto ni un objetivo reservado a líderes mundiales; es cierto que su apoyo es determinante para conseguirla en las grandes estructuras organizativas de este mundo. Sin embargo, la verdad es que la paz comienza en los lugares más cercanos y significativos de nuestra vida: el hogar y la escuela.
Estos son los primeros espacios donde el alumnado entra en contacto con el mundo y aprende a relacionarse con las demás personas. Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, lo entendió profundamente cuando planteó que la educación debía ser mucho más que una instrucción académica. Según él, debía enseñar a vivir desde los primeros años, construyendo vínculos basados en el respeto, la igualdad y la fraternidad. Desde esta perspectiva, educar para la paz no solo es deseable, sino esencial para formar personas íntegras y construir sociedades más justas.
Hoy más que nunca, el papel de las familias y las escuelas en la construcción de la paz es crucial. En un mundo donde las divisiones y los conflictos parecen estar siempre presentes, enseñar al alumnado a resolver diferencias, expresar emociones de forma positiva y valorar la diversidad es fundamental para alcanzar una convivencia saludable. Como afirmaba Manjón, el trabajo colectivo y la reflexión diaria en la escuela y en el hogar no son solo estrategias pedagógicas, sino los cimientos de una educación orientada al entendimiento mutuo y la paz. ¿Estamos educando en nuestras comunidades para construir ese camino?
La Paz como Pilar Educativo
En un mundo donde los retos sociales y educativos son cada vez mayores, las enseñanzas de Andrés Manjón sobre cómo educar en valores adquieren una vigencia extraordinaria. En sus escritos, Manjón reflexionaba sobre cómo el mal uso del poder puede desestabilizar la paz social, generando conflicto y caos en lugar de armonía. Según él, quienes actúan desde la imposición, la hipocresía o el egoísmo se convierten en agentes que perturban los espíritus y rompen el tejido social. Manjón señala:
«Los hombres pacíficos odian a los que, por leyes o decretos, perturban los espíritus» (Manjón, 1948, p. 370).
En este contexto, criticaba las acciones de quienes no respetan los derechos fundamentales, como la libertad de conciencia o la justicia, ya que estas actitudes erosionan la base de la convivencia.
Manjón defendía que la paz y el orden no podían sustentarse en la arbitrariedad del poder, sino en una sociedad orientada al servicio del bien común. Cuando se pregunta:
«¿Cómo cesará la perturbación y reinarán el orden y la justicia?» (Manjón, 1948, p. 281),
Una educación basada en la justicia, el respeto y la reflexión es la mejor forma de contrarrestar los abusos del poder. En su legado, la educación es el camino para formar una ciudadanía crítica que trabaje por el orden y la justicia, rechazando la desunión. Manjón entendía la educación como una herramienta para el desarrollo integral del ser humano, en cuerpo, alma y espíritu. Esto incluía promover valores fundamentales como la fraternidad, el respeto mutuo y la igualdad entre todas las personas, independientemente de su origen o estatus social.
La práctica del rezo del Rosario en las Escuelas del Ave María no era solo un acto devocional, sino una forma de enseñar a reflexionar y meditar, fomentando la paz interior y la convivencia armónica. En palabras del propio Manjón:
«Parece que nos sentimos más hermanos de los pobres niños cuando con ellos oramos y alabamos a nuestro común Padre, ante el cual no hay ricos ni pobres, pequeños ni grandes» (Manjón, 1948, p. 102).
Estos actos, sencillos pero profundamente significativos, subrayaban la importancia de crear un ambiente de unidad donde se diluyeran las diferencias sociales, fomentando un espíritu de igualdad que constituye la base de la paz.
Estrategias Relevantes para Hoy
Inspirándonos en el enfoque de Manjón, podemos aplicar algunas prácticas en las aulas para trabajar la paz de forma activa:
- Fomentar la reflexión diaria:
Siguiendo el método del «Diario» recomendado por Manjón, el alumnado puede escribir reflexiones sobre sus experiencias y relaciones en el entorno escolar. Esto fomenta la autoconciencia y la empatía. Manjón decía:«Al escribirme, me retrato, y al leerme, me reconozco, y al analizarme, me estudio y aprendo” (Manjón, 1948, p. 193).
- Resolver conflictos desde el diálogo:
Tal como Manjón consideraba esencial enseñar a pensar, podemos promover actividades que fomenten la resolución pacífica de conflictos, mostrando que las diferencias pueden gestionarse con respeto y cooperación.- Ayudar al alumnado a identificar qué necesita de los demás.
- Reflexionar sobre las estrategias utilizadas y analizar los desencadenantes de sus reacciones emocionales .
- Habilitar espacios de calma y validación:
Ver al alumnado con sus procesos y necesidades particulares es esencial para forjar su carácter y voluntad desde el respeto y la validación. Este es el secreto del vínculo con el alumnado. Algunas ideas.- Habilitar un «espacio de calma» en el aula.
- Dedicar momentos específicos para expresar dificultades relacionales, como la «Asamblea de problemas» tras el recreo.
- Reflexión interpresonal de diario de cada alumno/a.
- Incorporar las Virtudes Cardinales:
Las virtudes de prudencia, justicia, fortaleza y templanza pueden integrarse de forma transversal en asignaturas como ética, ciencias, historia o literatura. Reflexionar sobre dilemas morales, analizar contextos históricos o científicos que impulsaron un mundo mejor, y estudiar figuras que demostraron fortaleza y autocontrol permiten que el alumnado aplique estas virtudes en su vida cotidiana.
Por Qué Es Importante Hablar de Paz Hoy
Andrés Manjón era muy consciente de que la educación tenía un impacto directo en la sociedad. Por eso insistía en que era necesario preparar a las nuevas generaciones no solo para ser herederas del pasado, sino también para convertirse en «testadoras del porvenir». Su idea de enseñar con un propósito trascendente nos invita a preguntarnos: ¿cómo estamos formando a quienes construirán el futuro?
En una época de polarización y cambios rápidos, este mensaje sigue siendo tan pertinente como siempre. Si educamos en valores sólidos como la paz y el respeto, estaremos creando los pilares para un mundo más justo y armonioso.
Desde la comunidad web de andresmanjon.es os invitamos a llevar estas consideraciones sobre la paz a vuestras aulas para mayor orgullo de nuestro maestro, educador y visionario, don Andrés.